miércoles, 9 de abril de 2008

Líneas

1

Como el principio de Domesti-fi-cación,
La infortunada, casi salvaje exclavitud siniestra del abandono, del caos;
de eso que es la civilidad y buen comportamiento;
que se hace añicos con solo pensarlo a las 7, 8, 9 de la mañana
y de nuevo a las 6, 7,
8 u 9 de la noche.
Blanco a prueba de tiros de gracia,
de esa soledad coqueta que inunda el mundo, la ciudad
-como la lluvia hoy y siempre, como la lluvia-
,
y nos hace una y otra vez inseparables,
ausentes y adheribles,
"a poco no?"

De la mañana y de los ratos esos en que unos duermen
y otros sueñan;
o dicen que sueñan y entonces
alguien "cerca",
alguien se acerca y
los
las
levanta
con un puño blanco.
De seda.

Ó
cuando sabes,
cuando mientes
y dices que sabes
-que no es cierto-,
que es aquello que sabes que no es cierto
que sabes;
y siempre
no te callas,
no te rindes,
no pierdes;

Y miras de lejos
pero estas dentro;
sabes qué?
sabes que la privacidad es un ocio
un invento legal,
un casi infarto de alegría
"y desesperación desmedida"
un asunto de espías...

2

Sería fácil desarmarse el color umbilical,
desparramarse por el suelo;
a conciencia
y beneplácito,
sin guardarse de algo que no sea nada.

Desatorarse las agujetas,
cambiarse la pena por el olvido.
Olvidarse también,
del paraguas,
del suéter,
del frío,
ajeno!, si es posible.

Tirarse de tierra.

Un pastor cruza
una montaña, mi calle, un peñasco,
¡lo que sea!,
lo acompaña un jirón de agua
acumulada en los bolsillos de otros 20
(veinte)
pastores que lo habitan.
Y habla,
"ayer no era todavía
un buen momento para la desgracia"

Confirmo que desde acá
solo la marea trae consigo el reflejo,
la distancia que separa,
que corta?,
ese andar hinchado
ese disparate que es la vergüenza.

Una habitación sin muros ni doctrinas,
sin ecos.
A la periferia
y a la deriva.

3

Sin embargo
confío en la quietud,
la guerra presume certeza,
yo: un par de trapos
para hacer crecer un panal de abejas
e invocarlas en su transparencia.

De punto promontorio
a luz anticipada;
valen las maletas,
mas que por el peso,
por su fuga indirecta,
su secreto al cuadrado
su cuadro rebasado,
sus ruinas que dejan atrás
y llevan dentro.

Cuando la presencia,
humo que se filtra al mundo,
da parte de la ofrenda;
roba de sí su dibujo
algo así como
un complicado test de aciertos.

Al menos el dormir será lo último.
El Punto
-no respondo por simbolismos-,
las alegorías
plantadas en esa zona de derrumbes,
donde las flores doblan la cara
y miran.

Puede, por casualidad
haber una última opción,
que continúe,
que acabe.
Acabé.
Debo seguir la marcha...

4

Desplegando el neón
cuatro cuartos abarrotados de ceniza,
un cardumen destrozando las piezas,
seis charolas plásticas,
el libro -mejor dicho, la lectura-
que narra los viajes por un océano maldito...
...
... es por la ventana
donde se filtra semejante escándalo,
el bullicio de monstruo...
...
no doy cuenta de la gotera,
ME INUNDO
a una velocidad mayor
que la evolución de un batracio
.
...
...seguía en la cuenta, no?
de aquello perdido,
lista enorme e insuficiente,
triste, en el mejor de los casos;...
...
...un barco.
¿Por qué la salvación es un barco?
Civilización de mierda,
hogar asqueroso sin raíces;...
...
...la civilización es un barco...
...
...y afuera sigue ese ruido.

(Alguna vez escribí sobre esto
algo mas corto,
preciso, quirúrgico.
Alguna vez viví sobre esto
y el pasto era
seco, escaso).

La ventana deja ver...
...
...solo el reflejo.

5

"Así crecen los ciruelos",
mientras me daba cuenta lo común que era,
que he sido;
¿cómo negar tanta nobleza?

La pesadilla que existe sólo con nombrarla,
que acaba en la vigilia
-con la otra pesadilla, mas preciosa-;
que no se invade en su profundidad
y no se agota,
acaba.

Mantener mis pies sucios,
caminarme mientras levanto
los pleitos, las sacudidas,
los ejercicios sexuales de las ventanas;
los escombros que reluce
una ciudad en tinieblas
que no apaga nada.

Por eso el despertar
es de nuevo esa pesadilla:
"Nightmare"

"Hoy levanté,
con mis manos,
la pasta negra de entre los edificios y..."
Hierve, algo se cocina
al vapor de esa perdición escrita,
que hace ley la estupidez,
no humana,
la estupidez a secas.

Estoy a punto de brindar,
y salir huyendo,
pero sólo apunto;
no lo creo en el fondo.

6

La vuelta que hace que la nube invada
el contorno precioso y precipitado
del punto de vista fijo en el horizonte,
que se acaba tan pronto
alguien nombra el paradero
por número y calle.

Cuando estaba
a punto de terminar esa noche,
que era como el fin de todas las noches;
se dispuso en la pieza,
tocar de manera virtuosa
el engaño en sustitución a la ausencia.
Nada mas cercano al bienestar,
aterrador, eso si;
tan pronto y pasajero,
silencios de golpes bajo la mesa,
mirada de vidrio sucio,
en fin,
elegancia.

Las hormigas dejaron las migajas,
de ahora en adelante,
mi alimento.
Los ojos y los venados
-con sus ojos-,
lamiendo el piso
a contraluz del brillo provocado
por las salpicaduras
de la llegada vagabunda
luz de cera encendida.

Cuando la ráfaga aparece mas cercana
se hunde con fuerza
en mi pie izquierdo,
descimentando
-por fracción de equilibrio-
el segundo que tengo
para pronunciar
espejo, lectura, sonámbula;
cartas que alguna vez
se declararon inocentes.

El segundero y la respiración,
las marcas hendidas en el centro de mesa,
el aire entre todas las cosas.
Las cosas.
Y ese silencio que deletrea
en el mejor de los casos
los cuatro puntos fijos
que forman la Tierra.

7

Todas las piedrecillas
que formaron la ruina,
las naturalezas que mueren
en los cuadros
y las alacenas;
la prisa
y sus 38 grados de alcohol;
el significado de los números
sin su escritura;
las 19 tragedias del día...

El topógrafo marcó el punto
desde dónde la Tierra
comenzó a desprenderse:
"aquí sera mi casa,
no habrá mejor refugio que el olvido";
la resequedad,
la sed,
la planitud;
llevan consigo
la seguridad del no acompañamiento.

En las cuencas
se concentran esencias
de lugares antes vistos;
tierras de colores translúcidos
que al combinarse
forman nuevos recuerdos.

Las sombras no existen.
Hasta la noche sólo es una;
descripción precisa
de un lugar interminable
para la ceguera,
aún.

La salida es una opción...

El canto de la mariposa,
una fantasía...

8

Destello relamido,
el paso de lo invisible
que se hace presente
sólo como un muro.
Bendición que cuesta,
-hacia abajo-
una miseria a gatos,
un dictado interminable de palabras buenas,
de azotes bienaventurados,
de adoctrinamientos salvavidas.

El deseo henchido de secuestro.

En la mañana,
la reunión convocó
sólo a los labios
y a las bocas...

El aseguramiento de lo terrible:
un millón de sacos devueltos,
cuatro manantiales aún no descubiertos
-que serán drenaje-.
Niños sin fondo platicando de viajes
enloquecidos de la mirada de sus adultos,
de ellos que fueron mañana;
pisadas sin rastro e inútiles...

La Fantasía recorre
suaves y delgadas exhalaciones,
perturbaciones incoloras,
respuestas somnolientes,
nombres amigajados entre ladrillos;
humos de neón,
de humareda.

Con ligas
separaron los ejes.
Nadie estaría por encima,
décima ficción de ciencia empobrecida

Los niveles descienden
y las compuertas se abren;
el lustre del pavimento
reinventa con mayúsculas;
sobre el pizarrón,
la pared,
la frontera...

...revienta sobre la frontera.



9

Preferidas por el encharcamiento
de secreciones inhóspitas,
las conversaciones despliegan
secuencias automáticas,
periféricos de sombras mutiladas
o
¿cuerpos ensombrecidos mutilados?
Da igual
al borde
de la catarsis del automotor.

Un cielo se desbarranca al final de la tarde,
brilla un conjunto de grasa en los vidrios,
la artritis de las manos busca la llave,
la forma de llegar sin rastro
sin origen del nervio.

..Hundan las ostras
el noveno volumen
del libro de los significados...

Los niños recogen las batallas,
las siembran en agujeros blancos
-de pena y tristeza-
y regresan al juego
mas pobres que nunca.

...por si fuera poco
se llevaron una lista interminable...

Nunca fue tan oscura la memoria
ni tan obscena la justicia.

Con las harinas de los ciclos vitales,
se dibujan cascadas de naturaleza impactante;
fieles al gusto de la época,
circuncisiones de estilos
desempacados en rincones
de clínicas dentales,
de dolores constantes,
de maravillas entorpecidas
por fotopostales.

...y a eso habrá que sumarse
la recolección de especias
y delicias de la plataforma
orgánica de lo imprevisto...

Alguien nombra sin certeza
cualquier frase para referirse al mundo,
como si esta vez
-sólo esta-
la posibilidad fuera dispuesta
sin tanto sacrificio.

A

Tiembla la anunciación,
como epopeya repetida en lodo.
Los brillos son impunes
entre silbidos apestados
que nublan el espacio
y lo colman de esa resequedad,
de ese trastorno enfundado
en astillas en la garganta.

Barómetro a distancia,
donde el grito es un personaje ficticio,
donde el empuje hacia atrás
es condición de avance;
donde el miedo se amasa por toneladas.

Brinco la ladera
y en esa pérdida huyo,
como si en el interior
algo dictara
las diecinueve tragedias;
-
falta el aire...

Flecha que monitorea,
en balcón amarillo y oro,
el área consagrada
al desfile del peligro y la muerte.
Al desfile de la muerte,
a su madre y a quien pretenda,
de alguna forma,
confeccionarse el llanto.

Cuando las luces
dejan de estar encendidas,
aparecen las letras que conforman
significados precisos
delantal,
cuchillo,
escalera;
cuando las luces
dejan de estar encendidas,
se ahorran
millones de años...

Alguien sabe que donde habito
se muelen órganos enteros
y además
se alimenta a los animales
con los trozos grandes
.

La gotera se compuso,
las camas silenciosas,
los asesinos,
los perros espantados,
¿quién merece estar afuera?

No será la primera vez
que haya sentido
tanto miedo...

B

Un murmullo,
alas desencajadas de un toro salvaje,
que desde el fondo de su acupuntura
señala una cifra extraviada,
regada en el paseo
depurado y deplorado
de lo uniforme y verticalmente expuesto.

Un cinturón de playa
un tanto pasado de moda
pero que aún me lee el abrigo
y la belleza que marca mi andar
a gatas...

Basta recurrir a los emblemas
y cotejar de forma contable
las listas de tanta y tanta mierda
por donde esclarecen los rostros
-sin serlos-
y los actos llevados al final
de su ajedrecística actividad vitalicia.

Paraísos del destierro pronunciado.

Saber
-sin huellas dactilares-,
perfumes empañados
de salida inmediata,
de confort apagado
y heridas sin suerte.

Ahora si

Se recarga
desde la pronunciación
la palabra multitud
y nada la habita.

El himno interpretará
su fastidio
y en las casas,
se repartirán esquelas,
nunca por adelantado

El humo me ha perseguido
hasta altas horas de la noche,
no sé si debo exponerme tanto.

Imposible disimular
tanto cansancio
y quedarse a dormitar sin guía,
sin forma precisa,
ni rasgo adecuado.
No es ya
que sólo un puñado,
lo mismo;
la suma eterna:
d e s c o n o c i d o .